el d铆a en que naci贸 mi padre; en Astobieta
no hab铆a escudos de armas ni aldabas repujadas;
no hab铆a arpas ni acordeones ni libros
duros en anaqueles de cedro. Mis ancestros
fueron hojalateros, patateros, cabreros,
molineros, peones, carreteros, labriegos
que miraban la luna para plantar las berzas,
pastores que orde帽aban vacas, castraban toros,
mataban gatos blancos, segaban hierba fresca
tres veces cada a帽o, montaban el caballo
sobre la yegua y recog铆an argoma,
yo
procedo de un linaje sin linaje,
de una aldea de avena sin historia,
un pueblo protegido y forrado de silencio,
un pueblo de solos y de nadies.
Nadie de Lauros rindi贸 Tenochtitlan.
Nadie persigui贸 ballenas hasta Terranova.
Nadie pos贸 ante el 谩rbol de Gernika.
Nadie llor贸 al derogarse los fueros.
Nadie se alz贸 contra los franceses.
Nadie supo del 98.
Yo quiero contar una historia, la historia
del hombre Euskadi y el hombre Espa帽a,
la llegada de los hombres de las banderas
con el dedo acusante y los ce帽os fruncidos
a mi pueblo labriego de boronas y de nadies.
C贸mo tomaron Lauros. Qu茅 nos dijeron.
C贸mo nos hicieron creer que ganamos batallas
en guerras fabulosas donde nunca luchamos.
Yo quiero contar la historia del hombre
que olvid贸 a su pueblo de nadies
hasta que vio a su padre agonizando
y entonces record贸
que en su casa no hab铆a escudos de armas,
en su casa no hab铆a retratos al 贸leo,
en su casa nunca naci贸 un militar,
en su casa nunca un escritor,
en su casa nunca nadie fue nadie.
Yo soy esa historia. Soy el hombre
que cambi贸 la azada por la pluma
y quiere cantar lo suyo y de nadie.
Soy el hombre que quiere
morder y pisar las rosas.
Soy el que miraba las botellas de suero
en la agon铆a de un hospital
y descubri贸 el bulto cancerado
que ocultan las historias grandes.
Y dijo: yo soy nadie
y los vascos son extranjeros.
Y dije: yo soy nadie
y los espa帽oles son extranjeros.
Y digo: viva nadie
y guerra al extranjero.