Mi padre me dijo alguna vez:

–Mi madre solo sabía euskera; yo sé euskera y castellano… ¿cuál es el problema?

Y mirándome a mí, después de hacer un silencio de siete u ocho segundos, me decía:

–Y a ti te van a enseñar euskera, castellano e inglés.

Mi padre tenía toda la razón del mundo al decirme la primera frase, porque aprender un segundo idioma, que además es un idioma internacional, no puede ser más que beneficioso para el que lo aprende, pero se equivocaba en la segunda: ¿pensabas de verdad, aita, que me iban a enseñar inglés? ¿No te diste cuenta, aita, de que Euskadi y España son la misma tribu, España una tribu más grande, pero tribu al fin?